Qué es una sala blanca
Una sala blanca es un entorno de trabajo controlado en el que la concentración de partículas suspendidas en el aire y la contaminación se regulan cuidadosamente y se mantienen dentro de unos límites especificados. Es un requisito esencial en diversas unidades de fabricación, como la producción de semiconductores, productos farmacéuticos, fabricación de PCB, investigación científica, centros de fabricación, instalaciones de ensayo y otros entornos críticos en los que incluso una contaminación mínima puede tener efectos perjudiciales.
Una sala blanca puede minimizar la presencia de partículas, como polvo, suciedad, bacterias y otros contaminantes, que podrían interferir en los procesos de fabricación o investigación. Estas partículas pueden afectar negativamente a la calidad y fiabilidad de los componentes electrónicos, sobre todo en el sector de las placas de circuito impreso, donde la precisión y la limpieza son cruciales.
Para garantizar el nivel de limpieza requerido, debe controlarse o eliminarse eficazmente cualquier contaminación generada por el movimiento humano, los procesos de fabricación o investigación y los equipos. Esto implica la aplicación de diversas medidas, como sistemas de filtración de aire, procedimientos adecuados de uso de batas por parte del personal, limpieza y mantenimiento periódicos de los equipos y cumplimiento estricto de los protocolos de limpieza.
Las salas blancas se clasifican en función del número máximo permitido de partículas por pie cúbico de aire con distintos tamaños de partícula, siendo la Clase 1 la más estricta. La norma federal 209E es una norma y directriz ampliamente seguida que proporciona clasificaciones específicas para salas blancas y describe los requisitos de filtración de aire, tasas de cambio de aire y otros parámetros para mantener el nivel de limpieza deseado.
Las salas blancas de la industria de las placas de circuito impreso suelen estar equipadas con sistemas especializados de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) que incorporan filtros de partículas de aire de alta eficiencia (HEPA). Estos filtros son capaces de eliminar partículas de hasta 0,3 micrómetros de tamaño, lo que garantiza un entorno limpio y controlado.
Además de la filtración del aire, las salas blancas pueden contar con otras medidas para minimizar la contaminación, como suelos antiestáticos, sistemas de acceso controlado y protocolos estrictos para la manipulación de materiales y la eliminación de residuos. Estas medidas ayudan a evitar las descargas electrostáticas (ESD) y garantizan que sólo pueda entrar en la sala blanca el personal autorizado con la indumentaria y el equipo adecuados.